Las almohadas y el colchón son nuestro soporte durante muchas de las horas del día. Te contamos los aspectos que tenés que cuidar para asegurarte de estar durmiendo sobre superficies higiénicas y evitar problemas de salud
Es muy común que las personas presten más atención al colchón cuando de descansar bien se trata, pero la almohada es igualmente importante.
Una buena almohada puede ayudar a combatir el estrés y ayudarnos a dormir. Pero una almohada vieja tendrá el efecto opuesto, por eso muchas personas se preguntan cada cuánto se debe cambiar una almohada.
Te contamos la serie de aspectos que se deben tener en cuenta:
1) Comodidad
El primer signo de que la almohada necesita ser reemplazada es la incomodidad. Si ya contás con un buen colchón y aun así te sentís incómodo, dirija su atención a la almohada. Una almohada que no te brinda comodidad, es una almohada que te está robando la posibilidad de descansar bien. Es más, podría incluso ser perjudicial para tu salud, afectando la postura.
2) Soporte
Sin importar si preferís una sensación de suavidad o mayor firmeza, la almohada debe darte soporte. Con soporte hablamos de la capacidad de la almohada de mantener alineadas las cervicales, permitiendo apoyar correctamente su cabeza, hombros y cuello. Tené en cuenta que podrías necesitar distintos tipos de soporte, dependiendo de la posición en la que duermas. Definitivamente no será lo mismo si preferís dormir boca arriba, para lo que necesita una almohada que rellene el hueco natural que se forma debajo del cuello, que si prefiere una postura boca abajo, entonces la almohada debe ser mucho más delgada
3) Desgaste
Retirá la funda de tu almohada y hacé una revisión general. Fijate si hay costuras rotas, si la superficie ya no es uniforme, si la tela se ha desgastado en algunas zonas o está rota y si el relleno se ha empezado a salir. Ante cualquiera de estas señales hay que reemplazarla. Es muy importante también que notes si hay manchas. Esto podría ser un detonante para la aparición de acné y alergias en la piel, ya que pueden ser desechos de productos para el pelo y/o cremas. Para alargar el tiempo de vida de tu almohada siempre es recomendable utilizar fundas y lavarlas al menos cada dos semanas. Tu almohada, dependiendo el material, deberá lavarse cada tres meses.
4) Alergias
Además de las alergias de piel, también están las alergias respiratorias. Recordá que pasas la tercera parte del día apoyando su cabeza sobre la almohada, y ésta es un ecosistema propicio para los ácaros. Si tenés signos de alergias respiratorias, más fuertes durante las primeras horas de la mañana que durante el resto del día, es muy probable que se deba a la presencia de microorganismos en su almohada. Esto significa que es tiempo de cambiarla. Siempre es recomendable adquirir almohadas que estén tratadas contra la presencia de ácaros
5) Tiempo de uso
No existe una fórmula mágica para conocer cuánto durará una almohada. Dependerá del material, de la frecuencia con la que se laven las fundas y se limpie la almohada, así como el uso que le des. Sin embargo, tené en cuenta que deberá ser reemplazada aproximadamente cada 6 meses si se trata de una almohada tradicional. Por el contrario, una almohada de espuma viscoelástica puede reemplazasrse cada 3 años , siempre y cuando se le den los cuidados óptimos.
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